jueves, 26 de mayo de 2011

El pasado fin de semana viajé a Chicago por primera vez. Fue un viaje corto, sin muchas intenciones más que caminar por ahí y perderme entre los edificios. Aquí comparto algunas fotos que tomé con una cámara desechable; cosa que acostumbro a hacer desde que perdí mi cámara digital.















jueves, 27 de enero de 2011

Pensamiento en Orizaba



Manejábamos bajo la lluvia rumbo a el puerto de Veracruz y en nuestro camino se atravesó la ciudad de Orizaba. La ventaja de viajar en carro es que puedes detenerte en el camino a explorar, y así lo hicimos. Estacionamos el auto y nos bajamos a caminar por el centro de la ciudad bajo cielos nublados que de repente lanzaban pequeñas lluvias.

Recuerdo que, durante nuestro breve paseo por la ciudad, viví un momento muy emotivo. Andando por un parque, bajo las gotas de agua empecé a escuchar "over the rainbow", seguí la música y descubrí que venía de las bocinas de un kiosko que estaba en el centro del parque. Me subí y me quedé un rato ahí, escuchando, viendo los alrededores. Pensando en cómo los tiempos cambian. Eché un vistazo atrás en mi vida y descubrí cosas de mí que ahora son diferentes, y me sentí tranquilo de saber que, aunque no sé lo que me espera más adelante, tengo toda la confianza de que siempre vendrá algo mejor.

Creo que momentos como este son los más interesantes de los viajes; cuando te encuentras con cosas, personas o ambientes que te hacen pensar o conocerte un poco más. Todos deberían salir de sus casas de vez en cuando y caminar por nuevos lugares.

Comparto algunas fotos de Orizaba:






Bernal


Visitar pueblos pequeños detenidos en el tiempo son de las cosas que más me gusta hacer en los viajes. Las calles angostas, las casas en hilera como paleta de colores, las cúpulas de las iglesias resaltando entre todo y las fondas donde se come rico y barato, son cosas que me hacen sentir que no hay nada más en el mundo, sólo ese lugar y yo. En México son muchos pueblos que reúnen estas características, sin embargo cada uno tiene algo particular que lo distingue de los demás.

En nuestra reciente estancia en Querétaro, tuvimos la oportunidad de visitar Bernal, un pueblo mágico que también tiene sus peculiaridades.



El monolito
El principal ícono que distingue a este pueblo es la famosa peña de Bernal, un monolito enorme (lel tercero más grande del mundo) que acompaña al pueblo. Dicen que se formó de la lava solidificada de un antiguo y desaparecido volcan, y que de sus minerales emanan energías que le da a los habitantes del pueblo uno de los primeros lugares en longevidad en el país. Debido a la popularidad de dicha piedra, mucha gente llama a este lugar Peña de Bernal, sin embargo el verdadero nombre es Bernal (a secas) que significa "lugar de piedras o peñascos".

Imagen bajada de internet, porque por andar disfrutando mi comida se me olvidó tomar fotos.

Las gorditas
En cuanto a comidas, lo tradicional en Bernal son las gorditas; las de nopalitos entre las más famosas (bastante bien para mi suerte de vegetariano). Desde luego no salimos del pueblo sin probarlas, acompañadas de una cerveza; y vaya que son ricas. No sé si es mental, porque ¿qué tan diferentes pueden ser unas gorditas de un lugar o de otro?, sin embargo las disfruté bastante. Si un día llegan a ir, tienen que probarlas. Se pueden encontrar en el mercado de comidas o bien, en los restaurantes cercanos al centro; dicen que las del mercado son más ricas, aunque yo preferí comerlas en el centro para tener una bonita vista de las calles del pueblo.

El centro
El centro histórico de Bernal es muy pequeño y puede caminarse todo en pocos pasos. Algunos de los iconos arquitectónicos que más distinguen este lugar son:

El Castillo Este


La capilla de las ánimas (y su anfiteatro)


Y el templo de San Sebastian


Los dulces
Dulces mexicanos hay en todos lados, pero en Bernal se pueden encontrar especialmente dulces hechos a base de leche; que son exquisitos y casi tan antiguos como el pueblo.


Si pasan por Querétaro, Toluca o el DF y al igual que yo disfrutan de sólo caminar y recorrer bonitos pueblos pequeños, pero llenos de historias, Bernal es un buen lugar para visitar.


martes, 11 de enero de 2011

Puerto Vallarta de sol a sol.



Después de un largo recorrido por carretera partiendo de Mazatlán, llegamos a Puerto Vallarta al amanecer. Desde el balcón del cuarto observamos los primeros rayos del sol posarse sobre el mar. Nos dormimos un rato para reponer el sueño y poder salir a caminar en la tarde por el centro y el malecón de esta bella ciudad.



Puerto Vallarta, a pesar de ser un destino turístico principalmente de playa a nivel internacional, conserva un lado histórico y cultural que le da un ambiente muy especial. El malecón está vivo desde la mañana hasta la madrugada; a lo largo, podemos observar todo tipo de gente: familias, adultos, jóvenes en busca de fiesta, mochileros, nacionales y extranjeros. Digamos que en Puerto Vallarta hay algo para todos; arte, playa, ecoturismo, buena comida, antros, entretenimiento en las calles y un clima agradable para salir a caminar.



De los cientos de cosas que los vallartenses hacen en el malecón para ganarse la vida con algunas propinas de los turistas; una actividad que llamó nuestra atención es la que realiza Regino, un hombre que conoce perfectamente el equilibrio de las piedras de la playa y sobreponiendo una roca sobre otra (sin mayor pegamento que el de la fuerza de las piedras).


Les comparto también un video que realizamos para el proyecto de Twitter Jockey México.


Otro atractivo interesante que encontramos por ahí, son las esculturas de arena que realizan los artistas locales. Con arena y agua de mar, esculpen grandes figuras monumentos temporales de un buen tamaño construidos con arena de mar, construyen uno, lo tiran, hacen nuevas esculturas mientras haya arena y agua.




Después de estar un rato en el malecón, decidimos despegarnos un poco del ambiente turístico y buscar una buena vista para apreciar el atardecer. Caminamos por las calles del centro subiendo entre los callejones. Nos encontramos a una señora y le preguntamos por algún buen lugar para ver la ciudad. Sin dudarlo nos indicó el camino: "Dan vuelta en esta calle a la derecha, van a subir unos 400 escalones y de ahí van a ver toda la ciudad; es hermoso se los garantizo". 

Cansados de tantos escalones, llegamos a uno de los puntos más altos de Puerto Vallarta. Indudablemente la vista era perfecta. El sol empezaba a ponerse entre el mar y los cerros lejanos. Fuimos testigos del atardecer en una ciudad donde la mayoría de las fachadas son blancas, pero que durante ese momento se tornaron naranjas con los últimos rayos del sol.



Cuando bajamos ya había oscurecido. Caminamos por el centro histórico y nos acercamos a conocer la catedral y caminar por la plazuela. Nuestro regreso al hotel lo hicimos nuevamente siguiendo el camino del malecón, que para estas horas ya había cambiado su ambiente. Con los típicos comediantes en las calles, puestos de antojitos, vendedores de globos y barcos piratas navegando cerca de la playa.




El de acabó y nosotros disfrutamos Puerto Vallarta en todos sus soles, desde el amanecer, pasando por el atardecer, hasta el anochecer.

sábado, 1 de enero de 2011

Un atardecer en La Paz


Fue muy poco el tiempo que estuvimos en la capital de Baja California Sur, pero el recuerdo que me llevo de esta ciudad es muy particular.

Durante la tarde, salimos a caminar por el malecón en busca de algo para comer. Aunque batallamos para encontrar algo que diera gusto a nuestros selectivos paladares, nuestra vista se alimentó hasta quedar llena con la belleza de su atardecer.

En La Paz, el sol se hunde en el mar dejando un montón de bellos sobre la costa, mientras los locales caminan y pasean en bicicleta por el malecón, viviendo con una tranquilidad envidiable, que en las ciudades grandes es ya casi imposible de encontrar.

Remando hasta el fin del mundo

-Cabo San Lucas, Baja California Sur-


Durante nuestra visita a Cabo San Lucas, decidimos que la mejor manera de conocer el famoso Arco del fin del mundo y las costas donde convergen el océano pacífico y el mar de cortez, era navegando en kayak.

Un kayakista romántico definió el kayakismo como la transformación de su ser en un barco como un todo: "Mi cuerpo es mi barco y mi alma el capitán" *Wikipedia

La renta del kayak se puede hacer ahí mismo la playa El Médano o en la Marina. Hay varios negocios que se encargan de ofrecerlos a diferentes precios. Nosotros rentamos un kayak individual por 250 pesos la hora (también se pueden rentar dobles para que vayan dos personas en la misma piragua; en estos kayaks navegar resulta menos cansado, pero ser requiere de buena coordinación entre ambos remadores para poder avanzar correctamente).


Lo interesante de hacer este recorrido en kayak es que uno puede acercarse al máximo a la naturaleza y tener un contacto más directo con las piedras, el agua y los animales que ahí habitan. Durante el camino hacia el arco nos topamos con algunos leones marinos que nadaban cerca de nosotros, pececillos playeros, así como con amigables gaviotas y pelícanos.


Justo antes de llegar al arco del fin del mundo, se puede hacer una parada en la famosa "Playa del amor", una playa tranquila con vista al último nicho del extenso Mar de Cortez, y que se une al oeste con su contraparte, la "Playa del divorcio", una playa atacada por las fueres mareas del Océano Pacífico.

Remando un poco más al sur después de la Playa del Amor, nos topamos con el arco natural más famoso de México. Aunque lo encontré más pequeño que como se aparece en las fotografías, se me figuró como una gran puerta que me decía: "Aquí empieza la inmensidad del mar ¿estás listo para entrar?". Desde luego que atravesarlo en una embarcación tan pequeña como un kayak es bastante peligroso por las fuertes olas que ahí chocan, así que optamos por apreciarlo desde la tranquilidad del mar de Cortez. Junto al arco, encontramos un conjunto de piedras donde descansaba un grupo de leones marinos que parecían cantar una ópera al unísono.


El sol empezaba a ponerse y nuestro tiempo de renta se agotaba. Emprendimos nuestro regreso, ya con los brazos y la espalda cansados de tanto remar. El aire fresco del atardecer, combinado con la brisa del mar nos dio una perfecta despedida del Mar de Cortez, que después de esta experiencia podemos decir que ya formamos parte de él (¿o él forma parte de nosotros?)


*Fotografías por Alex Tienda y Pedro Campos / Retoque por Alex Tienda

sábado, 25 de diciembre de 2010

Navidad en Cabo San Lucas


Ayer viajamos desde La Paz a Cabo San Lucas. Aquí pasamos pasamos noche buena y navidad. Esta es la primera vez que paso estas fechas fuera de mi ciudad natal y aunque extrañé estar con mis seres queridos, me gustó la experiencia de estar aislado, en un lugar completamente diferente.

El día de ayer estuvimos muy poco tiempo en la ciudad de La Paz, sin embargo pude darme cuenta que el nombre de este puerto realmente describe el ambiente que se vive. Salimos a caminar un rato por el malecón. Hacía un sol muy rico y la gente paseaba en bicicleta por las calles. Se sentía un ambiente navideño muy sutil, pero padre. Antes de partir hacia Cabo San Lucas, comimos en un agradable restaurante frente al mar y luego salimos a tomar algunas fotos.







Durante nuestro trayecto a Los Cabos, pasamos por un pequeño pueblo llamado Todos Santos. No sé si era porque estábamos en 24 de diciembre, pero el lugar se veía muy solitario. Estaba atardeciendo y el sol se ponía entre las calles pequeñas por las cuales sólo yo caminaba. Me hubiera gustado quedarme más tiempo ahí, para pensar en nada, pero teníamos que apurarnos para llegar a nuestro destino. Antes de entrar a Cabo San Lucas, la carretera volvió a regalarnos un atardecer increíble.







Nos hospedamos en un hotel muy sencillo, pero con un cuarto bastante amplio y con una pequeña cocina. Decidimos que lo mejor sería ir por pizza y algo de tomar para pasar la noche buena relajados, sin zapatos y viendo episodios navideños de Los Simpsons en la TV.

Nos dormimos no muy tarde para despertar descansados al día siguiente, o sea hoy. Aprovechamos para lavar ropa y mudarnos a un nuevo hotel. Al parecer pasaré la navidad caminando por este puerto ubicado en la punta sur de la península de Baja California. El mar será el regalo que santa me trajo esta navidad.

¡Feliz Navidad!